4.02.2009

Al océano : las delicias de la caída del sol









La Libertad
Ha llegado la noche, voy a mi celda y siento un extraño placer entregándome al tormento. Es la certeza de que mañana entrara un esquivo rayo de luz y soñaré de nuevo. ¡ Y gritaré y cantaré ! Y quizá también llore. Y cuando intente en vano, atrapar su cuerpo y su calor, dirán que estoy loco y me encerraran de nuevo. Porque ¡nadie!,  nunca ¡nadie!, sabrá cuanto amé ese rayo de luz.
(el poeta Hernando Rojas)






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