4.14.2009

Machoa, en lucha contra las petroleras de la Amazonia


http://www.larevistaintegral.com/1667/machoa-en-lucha-contra-las-petroleras-de-la-amazonia.html


El dirigente de la comunidad Kichwa advierte de las consecuencias socioambientales de la extracción de petróleo.

A Sarayaku, el territorio del pueblo de los kichwa, no va ninguna carretera. Se llega solamente con una piragua por el río Bobonaza en un viaje de dos días o con una avioneta monomotor.
Se trata de una comunidad de un tamaño algo menor que Luxemburgo en el corazón de la Amazonia, en medio de bosques primarios tropicales de una biodiversidad extraordinaria.
Los kichwa han conservado hasta ahora gran parte de su cultura, pero su vida podría cambiar radicalmente si se instalasen en su tierra las petroleras, tal como acordó el Estado ecuatoriano en 1996 con la Compañía General de Combustibles (CGC) de Argentina. Hasta el momento, han resistido tales maniobras con la ayuda de diversas ONGs nacionales e internacionales, un largo proceso que nos explica José Dionisio Machoa, el dirigente de esa comunidad.
Sarayaku es en el presente la única región en Ecuador que aún resiste a las petroleras, ¿no es cierto?
Sí, y si no fuese por Sarayaku, ya hubiesen explorado el centro de la Amazonia. Pero sólo a unos 30 kilómetros de distancia al norte, la empresa italiana AGIP ya está extrayendo petróleo. De hecho, están explotando todo el norte, en tierras que pertenecen a pueblos indígenas.
¿Qué consecuencias han tenido estas experiencias en la tierra del norte?
En la selva del norte hemos visto que se ha producido una contaminación terrible del suelo; las plantas no producen correctamente y tampoco crecen bien los árboles. Los ríos están supercontaminados y la lluvia negra va directamente a los cultivos de las mujeres de la comunidad. También en Sarayaku la huerta supone el sustento de la dieta alimentaria y ésta se destruiría si se instalaran las petroleras en el centro y el sur de la Amazonia. Además, hay otros problemas de impacto socioambiental, como cáncer e intoxicaciones estomacales, pero el Gobierno no ha tomado ninguna medida para solucionarlo.
¿Qué significa para un pueblo indígena que ha vivido siempre según las pautas de su cultura la entrada de las petroleras en su territorio?
Sarayaku tiene su cultura, su idioma, su tradición y su manejo de los recursos naturales. Nosotros tenemos nuestra forma de gobernar el pueblo de Sarayaku, algo que los pueblos del norte han perdido por completo, junto con su cultura, sus especies nativas y todas sus costumbres. La única opción que les queda ahora es pedir limosna a las empresas petroleras. Por otra parte, hemos visto es que éstas explotan más a los indígenas que a los obreros mestizos. A los primeros les pagan sólo lo mínimo, lo que agrava la realidad de los habitantes de estas tierras. Las mujeres están desesperadas porque los hombres se llevan lo que ganan a las cantinas en el otro mundo, donde vive la gente mestiza, y la plata se queda allá.
¿Cómo afectaría la extracción de petróleo en el centro de la Amazonia?
Nos hemos dado cuenta de que el ecosistema que contiene la Amazonia es muy frágil. Cualquier actividad petrolera o minera que se haga dentro de nuestro territorio va a producir la extinción de ciertas especies, como los animales más grandes que habitan esta zona, los tapires. Éstos corren directamente sobre el suelo, comen las plantas y toman el agua de allí. Si se produce una contaminación de los ríos, éstos y otros animales acabarán desapareciendo.
Han acudido a la Corte Interamericana de Derechos Humanos para impedir el avance de la empresa petrolera CGC a su territorio. ¿Qué han logrado? 
La Corte exigió siete medidas provisionales. Una de ellas es proteger la seguridad de los miembros y los líderes de Sarayaku, ya que en una ocasión amenazaron de muerte a los dirigentes. Otro punto es la retirada de los explosivos de nuestro territorio que la CGC sembró allí [para perforaciones de prueba]. Además, el Estado tiene que investigar qué pasó cuando salimos con cien personas en una marcha pacífica hacia Puyo y nos atacaron, causando varios heridos, en una comunidad que está a favor de la petrolera. Éstos son algunos de nuestros logros más importantes.
¿Y se cumple la sentencia?
De momento, el Estado no ha cumplido toda esta demanda. Respecto a la dinamita, el Ministerio de Minas y Petróleo se está coordinando con el Grupo de Intervención de Rescate (GIR) de la policía nacional y con Sarayaku. El Gobierno tiene voluntad de cumplir todos los dictámenes de la Corte Interamericana, pero la retirada de todos los explosivos del subsuelo es un poco complicada. No sabemos cómo van a hacerlo y la petrolera, por su parte, no se pronuncia. Pero el convenio, firmado por la empresa CGC y el Estado ecuatoriano, todavía sigue vigente. Nos da la impresión de que en algún momento pueden entrar, por eso estamos controlando todo lo que pasa en la gestión de la compañía.
¿Qué más hacen contra las petroleras?
Hemos puesto en marcha la Frontera de Vida como una forma de proteger nuestro territorio. Estamos sembrando árboles en cada frontera para que cualquier persona que tenga la intención de explorar nuestro territorio pueda identificarnos.[Los árboles se pueden ver incluso desde el aire y se trata también de un acto espiritual.]
¿Qué organizaciones les apoyan en la lucha contra estas empresas?
A nivel nacional, tenemos Cedes, el Centro de Derechos Económicos Sociales. A nivel internacional, estamos en contacto con CEJIL (Centro por la Justicia y el Derecho Internacional), que tiene su sede en Washington. Es un grupo de abogados que están allí para proteger los derechos indígenas aplicando la declaración de la OEA (Organización de Estados Americanos). Para la Frontera de Vida, hemos estado en contacto con Oro Verde y con la Alianza del Clima. Ellos son los que promueven y difunden toda la actividad que se está llevando a cabo en Sarayaku.
Su lucha junto a las ONGs implica ya cambios para los kichwa, dado que ahora disponen de internet y colectores solares, por ejemplo. ¿Qué significa eso para su pueblo?
Debemos actuar con herramientas y materiales valiosos. La instalación de internet ha servido a la resistencia, ya que nos ha permitido estar en contacto con organismos internacionales, personas o amigos y darles información, pero no han cambiado en su totalidad nuestra cultura. Por ese motivo, el pueblo tiene que tener una normativa que garantice el mantenimiento de la cultura, la preservación de los recursos naturales y la de las costumbres.


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